Etapa 2 - DIEGO


Bueno la ETAPA DIEGO HA SIDO ESPECTACULAR. Gracias DIEGO por darme suerte. He hecho 130 km alegre y feliz, las piernas me iban de cine, luego empezó a llover y mejor, yo me crezco con la lluvia, cuanto más frío mejor, cuanto más difícil mejor, soy masoquista seguro. He estado ocho horas pegado al sillín y cuatro comiendo y descansado. Salí a las seis de la mañana y he parado en la frontera de Estonia/Lituania a las seis de la tarde. Etapa de camiones y camiones, también de carriles bici espectaculares. No he pasado pueblo ninguno, están en la costa. Lo de las avispas ha estado mal por mi parte, tanto es así que los violeros esta noche se han cebado conmigo, estoy hecho una paella. Pero lo dicho, más feliz que un ocho. Estoy ya en Letonia y al lado del mar Báltico. Mañana espero llegar a la capital Riga, hay  115 km creo. He comido poca cantidad pero muy a menudo, cada hora y media a comer, creo que ahí está la clave para ir muy bien de fuerzas. Bueno Diego que tengas mucha salud y mucha alegría, es lo único que se necesita para ser feliz.

Estoy en el punto azul en Olla (Estonia) justo en la frontera con Letonia.









Esta noche estoy durmiendo en una antigua garita del cuerpo de guardia de la frontera de Estonia con Letonia. Aquí ya no hay control de pasaportes ni nada parecido. La garita está de lujo, tiene el suelo limpio y está resguardado del poco frío que hace esta noche. No hay gente ni ruido pues los camiones han parado por arte de mágia. Es la primera vez que duermo entre dos naciones, más concretamente he puesto la cabeza en Estonia y he alargado mi cuerpo para que las piernas este ocupando ya Letonia, país que mañana conquistaré en cuanto se aclare el día.
Mañana es la etapa David, vaya responsabilidad tener que realizar dignamente la etapa para brindársela con mucho gusto a DAVID. Espero estar a la altura de su gran humanidad y simpatía. Esta frontera ahora está suspendida en un letargo de paz, pero hace poco estas tierras sufrieron muchas penas y guerras cruentas entre Rusia y gente del lugar. infinidad de veces cambiaba de soberanía, los habitantes eran los mismos pero su nacionalidad cada época según el capricho de sus dirigentes cambiaba.
Por aquí hay pocos hoteles lo que me viene de cine, pues a mí me gusta estar solo y calentito con mi saco de dormir y mi colchoneta pikolin. Duermo muy bien y al mismo tiempo me empapo de historia, pues aquí huele todavía a límites, enfrentamientos y heridas. La misma historia que hace estar a los habitantes de este país tan tristes, creo que les puede un poco el miedo y la responsabilidad de portaste bien. Son muy correctos y educados pero me dan un poco de pena pues no he visto a nadie, de verdad, reírse a carcajada y ni siquiera he podido ver una ligera sonrisa. Parece como si se hubieran puesto todos botox, están más fijos de rostro que la Tysen. Están todos como expectantes, como examinándose de la vida. Viven bien pero les falta esa alegría que se ve y se oye en nuestro país, falta por aquí un cantar las cuarenta en copas, una buena juerga, un grito de una madre para que el hijo deje de jugar en la calle y suba a comer, un sacudir el mantel por la ventana, una discusión del gol en fuera de juego. Aquí está todo por dentro de los márgenes.  Pero se palpa a la legua que   no se muestran como son si no como se espera que se muestre, lo que desemboca en una existencia del deber cumplido pero anodina y triste.
 Mañana voy a entregar los dípticos en la mismísima frontera pues todos los vehículos aminoran la velocidad pues las estrecheces del paso del pasado perduran y se pasa despacio. Bueno ya os contaré a ver qué ocurre y con qué relaciones me sorprenden.
Aquí las mujeres son espectaculares, suelen ser poseedoras de los cánones de la belleza europea, son rubias con ojos claros y con unos tipos que te dejan petrificado y con la Habana de par en par. He visto mujeres para hacerles poesía de colores pasteles. Que tipazos más proporcionados, que piernas más proporcionadas, que pechos más medidos y que culos más realzados por el orgullo de sus caderas, son mujeres para quedarse a vivir para una eternidad elegida. Abrazar a una mujer de estas debe ser tan  agradable como cuando tu madre te recibía después de llegar del colegio y te abrazaba.
 Los hombre son altos, muy bien proporcionados pero tristes. Están como en España muy pendientes del ir y venir de las mujeres pero en su mirada hay un tanto por ciento menos alto de pasión.
 La comida de Estonia es fuerte, estoy todo el días repitiendo o eructando, con perdón. Ya claro como no los jóvenes solo se les ve comer pizzas y hamburguesas.
Aquí un payaso se muere de asco, un animador se suicida, un músico del cajón gitano se corta las manos y por el contrario un enterrador vestido de negro hace carrera.
Los jóvenes visten como en todo el mundo, las chicas marcando culete y los hombres con camisetas de la NBA. Por cierto se ven muy pocas personas más o a mi que se me inclina la mirada más a las chicas jóvenes y me esconden las mujeres mayores entre niebla y olvido.
A veces el móvil me cambia algunas palabras y otras mi poca práctica de los saberes y lecturas se me quedan cortas para relatar fluido y para que se me entienda. Perdón por adelantado, en mi próxima vida de nómada mongol me dedicaré con más ahínco en el arte de la escritura y la ortografía.
Ahora sí me parece voy a intentar dormir algo en esta línea de frontera que para nada es imaginaria pues la hora de levantarse está más próxima que mi final en esta maravillosa vida que me habéis regalado entre todos.
Chavales de la asociación mirarme a mi verdad y acordaros que hay más vidas y todas para disfrutarlas. Y por cierto, tonto el que pierda un rato de un solo minuto de vida distraído en otra cosa que no sea vivir. Así que atentos y hacerme caso que desde aquí mejor que en ningún sitio os vigilo.
Dormir aveces me parece una perdida de tiempo de mi vida, estoy expectantes por vivir todo lo que me espera mañana, creo que voy a dormir solo con un ojo cerrado. Veremos si se puede. Os cuento.





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